El pasado 14 de enero de 2020, Microsoft dejó de prestar soporte a su sistema operativo Windows 7. Los equipos con este SO seguirán funcionando, pero dejarán de recibir soporte técnico. No se resolverán problemas, no se publicarán actualizaciones de software ni tampoco de seguridad. En definitiva, Windows 7 ha pasado a ser un sistema operativo obsoleto y sin garantías de seguridad en protección de datos.

Imagina que vas a hacer un viaje transoceánico. Te presentas en el aeropuerto y esperas en la zona de embarque. Desde las ventanas que dan a pista ves que se acerca un avión de hélices con aspecto antiguo. Es tu avión. Enseguida temes por tu seguridad y te niegas a viajar.

Estás tomando una buena decisión. Un avión fabricado en 1960 era aceptable para los niveles de seguridad de aquella época. Hoy esos niveles son mucho más exigentes y ya no podemos aceptarlos.

Si no nos montaríamos en un avión anticuado ¿por qué seguir usando un sistema operativo obsoleto? Las consecuencias también pueden ser desastrosas.

Windows 7 salió al mercado en 2009. Tardó poco en convertirse en un éxito después del fiasco de Windows Vista. Esto lo llevó a alcanzar rápidamente una gran cuota de mercado. A pesar del lanzamiento de nuevas versiones, Windows 7 se mantiene como uno de los sistemas operativos más populares. Millones de ordenadores siguen montándolo a pesar de que 10 años en software son como varias décadas en industrias tradicionales.

Un dato para ilustrar la dimensión del problema: en diciembre de 2019 Windows 7 era aún el 2º SO más utilizado a nivel mundial con un 32.7% de cuota de mercado (fuente Netmarketshare).

Windows 7 y protección de datos: posibles sanciones

Con el marco regulatorio actual en materia de protección de datos, el Reglamento General del Protección de Datos (RGPD) y la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD), uno de los principios básicos es que la privacidad por defecto y desde el diseño.

La no actualización del SO podría ser considerada una negligencia que podría acarrear sanciones económicas importantes en caso de que suceda un incidente de seguridad. En caso de sufrir algún problema de seguridad, no podríamos probar que habíamos tomado todas las medidas para que no sucediese. Un sistema operativo obsoleto es un talón de Aquiles que no podremos justificar ante las autoridades.

Los riesgos de seguridad de Windows 7

Todos los ordenadores que monten Windows 7 están desprotegidos ante las nuevas vulnerabilidades que puedan aparecer en forma de malware o errores de programación que se descubran o aparezcan a partir del 14 de enero de 2020.

Esto puede acarrear problemas muy graves en nuestros procesos de negocio:

  • Mayor vulnerabilidad ante ciberataques (virus, malware, ransomware, exploits)
  • Desprotección de los datos personales almacenados
  • Caídas de servicio
  • Incompatibilidad con nuevos programas
  • Errores en operaciones
  • Fallo del sistema
  • Retrasos por problemas de seguridad y/o funcionamiento

El INCIBE es una fuente de información muy útil para obtener información sobre los riegos del software desactualizado.

En definitiva, si tu empresa u organización o incluso tu ordenador personal sigue montando Windows 7, es hora de actualizarlo. La actualización a Windows 10 tiene hoy un coste de entre 145 y 259 euros dependiendo de la versión. En caso de que el coste sea un problema, existen sistemas operativos gratuitos como Ubuntu basados en Linux que pueden ser una buena alternativa dependiendo de las necesidades del usuario.