Los smartphones o teléfonos móviles inteligentes permiten a  los empleados realizar su trabajo en cualquier momento y en cualquier lugar lo que supone un gran aumento de la flexibilidad y la productividad. Es por ello que la mayor parte de las empresas están adoptando la política de proporcionar estos dispositivos a sus empleados, una práctica que puede acabar teniendo un precio muy alto para la protección de datos.

Según la empresa de análisis Trendmicro, el 56% de los empleados guardan con frecuencia información sujeta a protección en sus portátiles, smartphones, tabletas y otros dispositivos. Esto significa que existe una probabilidad alta de que información confidencial pueda acabar en las manos equivocadas.

Pero ¿cuáles son las principales vulnerabilidades de seguridad de los dispositivos móviles? Curiosamente y ateniéndonos a los datos, el principal punto débil de estos aparatos son sus usuarios. Da igual cuántas veces se insista sobre el peligro, nuestra naturaleza siempre nos hace pensar que es imposible que nos pase a nosotros y consecuentemente somos muy laxos a la hora de implementar las medidas de seguridad necesarias para evitar simples vulnerabilidades como poner una contraseña a nuestro aparato o comprobar que una app es de fiar antes de instalarla.

Para el usuario común de smartphones, la amenaza del robo de datos es ya bastante seria y puede derivar en suplantación de identidad, fraude de tarjetas de crédito y daño del terminal a causa de virus. Pero en el caso de usuarios corporativos el riesgo es todavía mayor porque a los ya citados hay que añadir la pérdida de información de negocio y datos personales de clientes.

Cuando usamos un smartphone estamos depositando nuestra confianza en el fabricante del dispositivo, en la operadora de telefonía, en los desarrolladores de las apps… y en alguna parte de esa cadena de confianza puede haber un eslabón débil que no sea merecedor de esa confianza.

Es por esto que debemos tomar precauciones ante las principales amenazas que se nos presentarán como usuarios de dispositivos móviles:

  1. La pérdida del terminal
    Cuando un smarthone es extraviado o robado, existe un riesgo muy alto de que sus datos acaben siendo comprometidos. La información que almacenamos en estos dispositivos puede ser altamente confidencial por lo que es totalmente aconsejable activar la contraseña y el bloqueo de pantalla como mínimo para poder acceder al dispositivo.
  2. La descarga de apps infectadas
    Es cada vez más habitual conocer casos de apps que contienen código malicioso. Incluso apps que podemos encontrar en las tienda oficiales pueden ser una fuente de problemas y pueden ser usadas para recoger datos personales del usuario.
  3. Los enlaces a páginas web fraudulentas
    Una de las desventajas de los smartphones respecto a los ordenadores tradicionales es que no podemos inspeccionar con facilidad el destino de los enlaces que recibimos. Esto es explotado por los ciber criminales para tratar de hacernos pulsar sobre enlaces que recogen nuestros datos o instalan algún software malicioso.

Pasos básicos para proteger nuestro smarthone

  1. Usa bloqueo de pantalla
  2. Protégelo con una contraseña
  3. Si te conectas a una wifi pública, usa una VPN para proteger la transmisión de datos
  4. Activa el sistema de recuperación de terminales perdidos que proporcione tu fabricante (Android, iPhone).