La publicidad sostiene la mayor parte de los contenidos que disfrutamos hoy en día en Internet y también ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de nuevas tecnologías digitales que han contribuido a mejorar la experiencia web para todos los usuarios. Sin embargo, al mismo tiempo la publicidad se ha convertido en uno de los elementos más molestos del consumo de contenidos electrónicos y además en uno de los que más riesgos entraña a nuestra privacidad.
Por ello, un número cada vez mayor de usuarios están tratando de evitar la publicidad online con la instalación de los llamados Ad Blockers. Estos pequeños programas permiten navegar por la web sin interrupciones de publicidad. El Ad Blocker tiene además el beneficio de hacer que los navegadores sean más rápidos y de utilizar menos ancho de banda al ahorrar en la descarga de anuncios.
Los Ad Blockers llevan ya varios años en el mercado pero la oferta y su uso se ha multiplicado en los últimos tiempos a un ritmo que resulta ya preocupante en el sector publicitario ya que sus consecuencias podrían ser catastrófica para la actual estructura económica de la web. Esto ha provocado un debate sobre si la utilización de este software es ética.
Mientras el debate continúa, se calcula que la industria publicitaria podría perder hasta 22.000 millones de dólares en facturación el año que viene a causa de los Ad Blockers y nuevos y mejores productos salen con mucha frecuencia a un mercado que ya acumula 200 millones de usuarios y que crece al 41%.
Quizá sea tiempo de que la industria publicitaria digital se replantee su modelo.