Este es un post invitado del informático y experto en privacidad Pablo Marinero Merino al cual agradecemos su colaboración.

Toda la información que generamos se almacena de forma digital. Conceptos tan importantes y básicos como el Secreto Profesional siguen estando vigentes. ¿Los hemos tenido en cuenta al adoptar tecnologías digitales? Normalmente no. ¿Quién más tiene acceso a la información que debería estar protegida? ¿Por qué hay tanto interés ahora en la información clínica de los pacientes?

Diferentes compañías explotan los datos que sus clientes o usuarios ponen en ellas y, sobre todo, los que generan utilizando sus aplicaciones y servicios (email, redes sociales, almacenamiento en la nube, calendarios, interacción con otros usuarios, etc). A lo que hay que añadir lo que ya sabíamos sobre los acuerdos de algunas de estas compañías con determinadas agencias de seguridad. Algunas de estas empresas son ampliamente conocidas y muchas organizaciones confían en ellas para gestionar no sólo sus propios datos sino también los de sus clientes y pacientes.

Por otro lado, no es necesario rebuscar información para encontrar noticias que explican claramente cómo algunas compañías recopilan datos de sus usuarios de forma masiva. Hasta tal punto que el uso de sus programas por parte de un profesional cuyo trabajo esté sujeto a Secreto Profesional puede ser completamente incompatible con el desarrollo de sus funciones. Profesionales de la medicina, enfermería, farmacia, abogacía, etc., están entre aquellos que deben actualizar urgentemente sus conocimientos básicos no solo sobre el recientemente aprobado Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), sino sobre cuestiones básicas que tienen que ver con las políticas de privacidad de las compañías que contratan (o que utilizan, pues muchos servicios no se pagan con dinero sino con datos).

En un mundo donde los datos mejor protegidos de los ciudadanos se han convertido en un activo al alza estamos a tiempo de cambiar el rumbo de las cosas, pues ya están transcurriendo por un camino donde la privacidad brilla por su ausencia. Por supuesto, existen otras aplicaciones y servicios con los que podemos reemplazar aquellos que no respetan nuestra privacidad y con los que podemos alcanzar los mismos objetivos.

Pablo Marinero Merino
(Informático, Experto en Privacidad)
www.pablomarinero.com