La compañía de inteligencia artificial DeppMind Health, perteneciente al gigante de Internet Google, ha llegado a un acuerdo con un hospital del servicio público de salud del Reino Unido (NHS) para adquirir datos sanitarios de 1,6 millones de pacientes. Este acuerdo ha llevado a la agencia de protección de datos británica (ICO) y al National Data Guardian, un organismo dedicado a salvaguardar los datos sanitarios en el país británico, a abrir investigaciones sobre posibles irregularidades.
El National Data Guardian ha advertido de que este tipo de intercambio de datos puede producirse cuando su propósito es la atención directa al paciente y que DeepMind Health ha usado los datos para probar sus aplicaciones y no para tratar a pacientes.
Aunque el acuerdo no ha sido revocado, la investigación sigue su curso para determinar posibles irregularidades. La ICO ha declarado que la investigación está muy próxima a su conclusión y que los resultados se conocerán pronto.
La app para cuyo desarrollo se han adquirido los datos recibe el nombre de Streams y está pensada para realizar un diagnóstico de pacientes con patologías agudas de riñón. Desde que comenzó su desarrollo, las sospechas han surgido sobre si los datos sanitarios que se le estaban proporcionando eran usados exclusivamente para los fines planteados o si se les daban otros usos no declarados.
Sin embargo, el National Data Guardian no se ha querido apoyar sobre sospechas y ha cuestionado el acuerdo entre los hospitales y DeepMind por el hecho de los datos no han sido usados para el cuidado directo de pacientes, un requerimiento ineludible, y que el cuidado de pacientes no puede ser un propósito secundario.
Otro elemento que preocupa es la falta de consentimiento informado por parte de los pacientes a los que no se ha informado con claridad del uso que se le darán a sus datos sanitarios.
Tanto el hospital que proporcionó los datos como la empresa DeepMind han declarado que para poder usar la aplicación Streams en el cuidado de pacientes, primero tienen que probarla con datos reales en una fase preliminar y que las regulaciones actuales no reflejan las necesidades reales de los pacientes. Los defensores del acuerdo han citado las pruebas con datos reales de pacientes que se realizan para el desarrollo de nuevos fármacos como un caso similar al del desarrollo de la nueva app.
Un portavoz de la empresa ha declarado que “la seguridad es esencial en el NHS y ningún hospital empezaría a usar un nuevo servicio sin probarlo primero”.