Google ha recabado datos sanitarios de millones de pacientes en 21 estados de Estados Unidos con el consentimiento de una de las aseguradoras médicas más grandes del país. En este proyecto, llamado Nightingale, ni los pacientes ni los médicos han sido conscientes de que sus datos estaban siendo compartidos con una tercera parte.

La noticia, destapada por el Wall Street Journal, pone de manifiesto la importancia de contar con una legislación específica en materia de protección de datos, algo con lo que Estados Unidos no cuenta en estos momentos y con una autoridad de protección de datos que se encargue de estos casos.

Los datos que Google recabó de los pacientes de la aseguradora Ascension incluyen resultados de análisis, diagnósticos, fechas de nacimiento y los nombres de los pacientes que han pasado por alguno de los 2 600 hospitales que posee la red de esta empresa sanitaria en Estados Unidos.

Sin embargo, Google ha salido en su defensa alegando que estos datos no se van a cruzar en ningún caso con los datos de cliente de los que dispone. Además, el gigante tecnológico sostiene que este tipo de acuerdos entre firmas de salud y tecnológicas son frecuentes y legales. Según un artículo aclaratorio publicado en el blog de Google Cloud, el acuerdo cumple con las regulaciones americanas de sanidad, en concreto cita la Health Insurance Portability and Accountability Act de 1996 (HIPAA).

“Este es un procedimiento estándar en salud (…) Para ser claros: bajo este acuerdo, los datos de Ascension no pueden ser usados para ningún otro propósito que para proporcionar los servicios recogidos en el acuerdo y no se combinarán con los datos de usuarios de Google”, sostiene la compañía en su artículo.

El propósito de Google con estos acuerdos, según ellos mismos reconocen, es desarrollar herramientas médicas basadas en la Inteligencia Artificial. El sector sanitario es altamente lucrativo y compañías como Google, Amazon y Apple están invirtiendo muchos recursos en el desarrollo de sistemas que sirvan, en el futuro, como asistentes virtuales para pacientes y médicos.

El desarrollo de sistemas de Inteligencia Artificial requiere del uso de ingentes cantidades de datos que le permitan al algoritmo conocer en profundidad el campo de estudio para luego poder tomar sus propias decisiones sin intervención humana. Cuantos más datos y más escenarios conozca la máquina, mejor preparada estará. Por ello, las tecnológicas buscan acceder a cuantos más datos puedan y acuerdos como el de Google y Ascension van en este camino.

Este caso es prácticamente idéntico al que ya protagonizó Google en 2016 cuando su filial Deep Mind accedió sin consentimiento explícito a los datos de 1,6 millones de pacientes del servicio público de salud británico NHS.