Cuando John Podesta, el jefe de campaña de Hillary Clinton, abrió hace unos meses un email que supuestamente le había enviado Google y siguió las instrucciones para renovar su contraseña, cayó en una trampa que bien pudo ser determinante en el resultado final de las elecciones.
El email no había sido enviado por Google, sino por un grupo de hackers rusos que mediante la técnica del phishing consiguieron acceder a una cuenta de correo en la que encontraron trapos sucios con los que poner en evidencia a la candidata demócrata. Esos trapos sucios fueron aireados a través de Wikileaks y acabaron en los periódicos de medio mundo.
Es evidente que la culpa del delito no es del que cae en la trampa sino del criminal que está detrás. Pero si manejamos información en entornos digitales, debemos conocer las principales amenazas a las que estamos expuestos.
Y de entre estas amenazas, el phishing es una de las más frecuentes. Si hacemos una pequeña encuesta entre nuestra familia y conocidos, muy probablemente encontremos que todos han recibido algún email haciéndose pasar por un banco, una tienda de comercio electrónico, etc… pidiéndoles que introduzcan de nuevo sus datos de acceso.
Si caemos en la trampa, estamos abriendo la puerta de par en par a nuestra vida digital, lo cual puede significar también acceso a nuestro dinero y, en el caso de que manejemos información confidencial, a secretos que pueden alterar el desenlace de unas elecciones.
Algunos consejos básicos para evitar caer en la trampa del phishing son comprobar el dominio de la cuenta de envío y desconfiar siempre que se pida información que la empresa ya tiene.
Estamos preparando un artículo con consejos para evitar el phishing que publicaremos en los próximos días.
Enlaces relacionados:
La noticia en el New York Times
La noticia en CNN
http://edition.cnn.com/2016/10/28/politics/phishing-email-hack-john-podesta-hillary-clinton-wikileaks/