El Alexa de Amazon es uno de los asistentes personales de voz más exitosos del planeta y, como tal, no es difícil encontrárselo en la intimidad de muchos hogares alrededor del mundo. Esta ubicuidad pone una gran responsabilidad sobre Amazon: la de custodiar información personal muy íntima y asegurarse de que su tratamiento no excede los límites de la ley y de nuestro consentimiento.

Esta misma semana, un caso sucedido en Alemania en el que un usuario recibió por equivocación 1,700 grabaciones de voz de otro usuario ha puesto de manifiesto los riesgos a los que nos exponen este tipo de aparatos.

De acuerdo con el artículo 15.3 del Reglamento General de Protección de Datos todas las empresas deben enviar una copia de los datos personales de los que dispongan sobre un usuario si éste así lo solicita. Y fue precisamente este derecho el que invocó un ciudadano alemán recientemente cuando solicitó a Amazon una copia de sus datos personales el pasado agosto. Lo que recibió, sin embargo, fueron cientos de grabaciones de voz de un dispositivo Alexa, algo sorprendente si consideramos que este usuario no posee dicho aparato.

Después de escuchar los audios, el usuario se percató de que las grabaciones correspondían a otra persona. Después de tratar, sin éxito, de ponerse en contacto con Amazon para informarles del problema, el usuario se puso en contacto con la publicación especializada en informática c’t. Los reporteros de este medio lograron dar con el usuario al que correspondían las grabaciones usando la propia información recogida en las grabaciones combinada con datos de redes sociales. Al final resultó que este usuario también había solicitado una copia de sus datos y que se produjo un error en el envío.

Amazon ha emitido un comunicado en el que quita importancia al caso atribuyéndolo a un error humano aislado y prometiendo tomar las medidas necesarias para que no se repita.

Casos como este ponen de manifiesto la necesidad de contar con protocolos precisos y bien diseñados a la hora de atender las solicitudes de los ciudadanos en el ejercicio de los nuevos derechos introducidos por el RGPD.