El fundador de Facebook Mark Zuckerberg fue sometido esta semana a un interrogatorio de 10 horas a lo largo de dos días en el congreso y el senado de los Estados Unidos. En ambos lugares encabezó su intervención con la misma petición de perdón: “Fue un error, y lo siento. Yo empecé Facebook, yo lo dirijo y soy responsable de lo que pasa aquí.”
El motivo de las disculpas de Zuckerberg es el escándalo de privacidad en el que la consultora política Cambridge Analytica consiguió acceder a los datos personales de 87 millones de usuarios de la red social.
El interrogatorio estuvo lleno de preguntas incómodas sobre el nivel de protección que Facebook da a los datos personales que recaba y sobre el uso que da a esos datos para fines publicitarios. Si bien el fundador de Facebook se comprometió a aumentar el grado de protección y la transparencia, muchas preguntas quedaron sin respuesta.
Fue precisamente esta falta de claridad la que llevó a algunos de los congresistas a amenazar con someter a la compañía a una regulación más estricta para garantizar una correcta protección de los datos de sus usuarios.
Zuckerberg reconoció que incluso sus propios datos personales habían caído en manos de Cambridge Analytica.
El mayor escándalo no es el de Cambridge Analytica
A pesar de que el escándalo de Cambridge Analytica es el que más ha calado en la opinión pública, la realidad es que sólo es uno más de las decenas que se le acumulan a Facebook en relación con la protección de la privacidad de sus usuarios.
Esta misma semana Facebook ha reconocido que «actores maliciosos» han accedido a los datos de prácticamente todos los usuarios de su plataforma que ascienden a 2,000 millones. Lo hicieron a través de una herramienta de búsqueda que ahora ha sido deshabilitada.
La metodología de estos «actores maliciosos» consistía en adquirir grandes bases de datos de direcciones de correo electrónico y teléfonos y después usar programas informáticos para introducirlos uno por uno en la herramienta de búsqueda de Facebook. De ese modo podían descubrir a qué personas correspondían las direcciones y crear un perfil completo de información de millones de personas que incluye datos personales como el nombre o el domicilio.
La herramienta de búsqueda de Facebook incluía por defecto a todos los usuarios de la red y para desactivarla había que ir a los ajustes y hacerlo manualmente, algo que muy poca gente hacía según las estadísticas. Fue deshabilitada la semana pasada a raíz de la polémica de Cambridge Analytica.
Facebook se convirtió así en una herramienta de robo masivo de identidades.
La red social no ha revelado quién está detrás de este macrorobo de identidades o cuánta gente ha sido afectada.